…. ME
DICEN EL CONSERVADOR
Muchas veces enarbolamos la bandera del perfil de riesgo
conservador, y nos resistimos a realizar inversiones en activos financieras
bajo ese escudo. Pero ¿será que realmente entendemos lo que significa ser
conservador? Mejor aún, ¿la estructura de nuestro patrimonio refleja esa
actitud conservadora frente al riesgo?
Primero quiero intentar una explicación del porqué algunas
personas literalmente no quieren oír hablar de activos financieros. A lo largo
de varios años he tenido la oportunidad de conversar con mucha gente, y la
mayoría de las personas que muestran este comportamiento han tenido una
experiencia “traumática” en el pasado. Traumática por asignarle un calificativo
tal vez extremo, en realidad lo que pasó es que perdieron plata, no sé si mucho
o poco pues ello también puede ser relativo. Lo cierto es que sufrieron una
pérdida en el valor de su inversión, y debido a ello no quieren volver a
invertir en acciones bonos, Fondos Mutuos que invierten en estos activos, o
cualquier otro activo financiero, pues los consideran muy riesgosos, y ellos
son adversos al riesgo y se dicen conservadores.
Antes de seguir creo que se hace necesario aclarar lo que
significa tener aversión al riesgo. Estas,
que es un supuesto base en la teoría financiera y debería ser un atributo
natural en todo individuo racional, no significa que vamos a evitar asumir
riesgos, pues ello es imposible de logar. Tener aversión al riesgo significa
que vamos a evitar riesgos “innecesarios”. Ahora ustedes seguramente están
pensando, pero quien en su sano juicio asume riesgos innecesarios. Pues créanme,
pasa en la vida, pasa en el Mercado, pasa en…
EJEMPLO
Les pongo un ejemplo. Seguramente usted es un muy buen
abogado, tal vez un excelente ingeniero, un médico destacada, o un emprendedor
exitoso. Pero no conoce el mercado de capitales y la dinámica del precio de los
activos financieros, lo cual no es motivo de vergüenza pues su negocio y su
especialidad es otra. Pero claro, llega el ejecutivo comercial de un Fondo Mutuo,
de una Casa de Bolsa o de alguna plataforma de trading de divisas, le pinta pajaritos
en la cabeza, y usted se decide a “probar”.
Si en la experiencia le fue mal, no es por la volatilidad
del precio de las acciones, de la tasa de interés, del precio de los
commodities, o por esto aquello. Mi humilde opinión es que usted hizo una
inversión basado en la recomendación de alguien cuyo conflicto de interés,
seguramente limitó la propuesta a la parte bonita de la historia, le pintó la
vida de colores, le puso como ejemplo lo que sus otros clientes han ganado, y
usted no profundizó más sobre dicha inversión.
Peor aún, no consultó con un asesor o especialista
independiente que le explique libre de sesgos comerciales los probables
escenarios, e implicancias de la inversión que está a punto de emprender. Es
decir, no tuvo información completa, y por lo tanto, asumió un riesgo
innecesario.
Ser conservador no quiere decir que usted eliminará del mapa
la posibilidad de invertir en acciones, bonos, notas estructuradas, Fondos
Mutuos, o cualquier otro instrumento financiero, porque el rendimiento de
dichos instrumentos puede ser volátil. Algunas personas con las que converso de
hecho equivocan la estrategia. Ellos tienen concentrado su patrimonio en un
negocio, algunos otros en activos inmobiliarios, y haciendo honor según ellos
al famoso perfil conservador, se resisten a diversificar asignando parte de su
patrimonio a otro tipo de activos.
Si se dan cuenta, en la práctica estos señores están
asumiendo un riesgo alto que no se
condice con ese supuesto perfil conservador. Aquellos que tienen su riqueza
concentrada en el emprendimiento, están
expuestos al riesgo de su negocio, Si le va mal a su empresa, lo
perdieron todo. Otros en honor a ese supuesto perfil conservador tienen su
patrimonio concentrado en activos inmobiliarios, pero al hacerlo así expuestos
a un solo tipo de activo que además de ser altamente cíclico, no es líquido.
ARGUMENTACIÓN
Haciéndola de abogado del diablo, seguramente algunos
emprendedores que están leyendo este post argumentarían diciendo que su negocio
va muy bien, que tiene muy buenos márgenes, y para que su empresa quiebre
tendrían que pasar muchas cosas, tendrían que alinearse los nueve planetas, o cualquier otro evento
cósmico. Argumentos similares podrían esbozar quienes están concentrados en
sector inmobiliarios.
Señores, la gestión de riesgos busca minimizar el impacto de
la “probable” ocurrencia de un evento desfavorable. Para aterrizar la idea,
riesgo existe mientras la moneda está en el aire, una vez que cayo, lo que era
riesgo ya se materializó en un resultado, cara o sello, ya ganamos o perdimos.
Lo mismo aplica para su negocio o sus inversiones inmobiliarias. Aún si el
ciclo les es favorable, uno debe estar preparado para la ocurrencia de un
evento adverso. La probabilidad que tal evento ocurra, puede ser alta mediana,
baja minúscula o infinitesimal, pero está ahí, y no deberíamos esperar que se
presente.
Es verdad que invertir en acciones involucra riesgos, de la
misma forma que estarán expuestos a riesgos al invertir en instrumentos de
renta fija, en activos inmobiliarios, en su negocio, etc.
Riesgo siempre tendrán, la idea es gestionar este riesgo, y
una forma de hacerlo es precisamente mediante la diversificación. Pero de
ninguna manera ser conservador es una razón para resistirse a diversificar
asignando parte de su patrimonio a activos financieros. Si es el caso, entonces
buscaremos construir un portafolio que pondere activos de baja volatilidad,
tratando balancear el riesgo de todo su patrimonio.
Es decir, para construir su portafolio financiera tomaremos
en cuenta el riesgo que ya tiene en su trabajo, en su negocio y otras
inversiones que pudiera poseer no solo de las inversiones financieras.
Fuente: Luis Ramírez, Gestión, Perú, RIPE
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